Los proyectos tienen que ver con el contenido del proceso de planeación (identificación de problemas y necesidades, formulación de objetivos y metas), con la participación de los sectores interesados en esta identificación y formulación, con la instrumentación (selección de medios, acciones y estrategias), con la organización y gestión del proceso (coordinación y distribución de funciones) y con la evaluación (verificación de logros alcanzados y recuperación de experiencias).
¿Qué se quiere lograr?
¿Por qué y para qué se quiere?
¿Dónde se va a lograr?
¿Quién lo va a lograr?
¿Cómo o por qué medios se va a lograr?
¿Cuándo se logrará?
¿Cuál es el costo total o presupuesto requerido?
¿A qué fuentes de financiamiento se recurrirá?
¿Qué criterios e indicadores se utilizarán para verificar o valorar el nivel de éxito en los resultados que se alcancen?
Para la adecuada gestión de un proyecto, conviene tomar en cuenta las diferentes fases que implica su formulación y desarrollo, distinguiéndose por lo menos las siguientes:
1a. Diseño o formulación.
2a. Negociación de su autorización y financiamiento.
3a. Instrumentación, supervisión y evaluación.
4a. Terminación y elaboración del informe final.
5a. Recuperación de experiencias de un proyecto anteriormente terminado.
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